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10 cosas que pueden suceder después de un aborto



INDICE

Tipos de aborto

Aborto espontáneo o natural

Aborto con misoprostol

Aborto por aspiración o en clínica

Hablemos de las hormonas en el embarazo

10 cosas que puedes pasar después de un aborto

¿Qué hacer después de un aborto?





El aborto es un tema polémico. No pienso negarlo. En especial desde que, en pleno siglo XXI, hay países que de plano vulneran los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y personas gestantes. Sí, te estoy mirando a ti, EE.UU. Sin embargo, en este artículo no voy a centrar el tema sobre la validez de la legalidad del aborto. No. Lo que haré es, independientemente de su legalidad, centrarme en los efectos físicos y psicológicos que pueden surgir después de un aborto –inducido o no–.


La realidad es que cuando legisladores y agentes políticos discuten sobre la legalidad del aborto, éste permanece entre las mujeres y personas gestantes que estamos en una edad fértil. Si bien es verdad que todo se facilita si un aborto, cuando no es espontáneo o no deseado, es legal, la realidad es que…


Faltan palabras para describir la profundidad de la resiliencia que deja un aborto en la persona que lo vive.


Con esto quiero decir que no todo aborto deriva en un trauma psicológico, pero generalmente hablando sí remueve muchas emociones, sentimientos, pensamientos y creencias. No porque no termine en síntomas de un estrés postraumático agudo, no significa que una persona no pueda experimentar cambios hormonemocionales y físicos significativos.


En este artículo, te contaré qué puedes esperar después de un aborto –deseado o no–. Recuerda que las experiencias respecto a un embarazo, aborto, parto o posparto son diversas, y cada persona las vive a su manera. Así que lo que hoy te compartiré no sólo está basado en evidencia científica, sino que también desde las experiencias de quienes hemos pasado por ello.



Tipos de aborto


Antes de poder explicar qué cosas pueden suceder(te) después de un aborto, es importante comprender los tipos de aborto.


Aborto espontáneo o natural


Cuando se produce una pérdida espontánea de un feto antes de la semana 20, se considera un “aborto natural o espontáneo”. En caso de que la pérdida del embarazo sea después de la semana 20, se le denomina “muerte fetal”. Este tipo de aborto suele tener un impacto significativo en la salud emocional de la persona, ya que suele detonar en un duelo.


Entre los principales síntomas de un aborto espontáneo son cólicos y sangrado vaginal –aunque no siempre sucede–. En algunas ocasiones, se puede producir un “aborto retenido” en donde el embarazo se pierde y el producto no sale del cuerpo –lo notarás por hemorragias posteriores–. En ese caso, necesitarás acercarte a una clínica para realizar un “aspirado uterino” o legrado.


Aborto con misoprostol


Conocida como la píldora abortiva, el misoprostol es una alternativa para un aborto inducido o un ILE –Interrupción Legal del Embarazo–. Entre las principales características del misoprostol o la píldora abortiva se encuentran:

  • Es recomendable usar el misoprostol durante las primeras 12 semanas de gestación.

  • Pueda usarse vía vaginal –lo más cercano al útero– o vía oral –debajo de la lengua–.

  • Generalmente, se toma una dosis en la clínica –48 horas antes– y las siguientes dosis en el hogar.

  • La primera dosis detiene el embarazo, y la segunda, expulsa el producto y vacía el útero.

  • La expulsión es la parte dolorosa, por lo que se recomienda PRIMERO comer y tener algo sustancioso en el estómago y DESPUÉS tomar un analgésico. Ese día, no hagas planes: quédate en casa o en un lugar seguro, y apapáchate.

  • Habrá sangrado. No uses una copa menstrual ni un tampón. Si detectas que el sangrado es muchísimo más abundante que los primeros días de la regla: ve a urgencias. No tienes que decirle al médico de urgencias que has tomado Misoprostol.

  • El sangrado puede durar más de siete días.

Nota: Existe una pequeña probabilidad de que la píldora abortiva o Misoprostol no funcione por completo o no produzca la expulsión al 100%. En esos casos, se deberá asistir a una clínica para realizar un aspirado uterino o legrado. Como en el caso del aborto espontáneo, si hay un aborto retenido lo notarás por hemorragias posteriores.


En Morras Help Morras te acompañarán en el proceso en caso de que en tu país o estado el ILE no este garantizado o no te encuentres en un espacio seguro para realizarlo.


Aborto por aspiración o en clínica


Se trata de un procedimiento que está disponible hasta las 16 semanas de gestación –aunque en algunos países sólo lo ofrecen hasta las 12 semanas–. Se trata de un proceso en donde te anestesian y realizan un legrado: aspiran el interior uterino para remover el producto del embarazo. El procedimiento dura aproximadamente entre 5 y 10 minutos, y una vez que te despiertas, te quedas media hora en vigilancia antes de poder retirarte. No suele ser doloroso.




Hablemos de las hormonas en el embarazo


Las hormonas, tan pequeñitas pero, híjole… el enorme impacto que tienen en nuestro cuerpo, mente y bienestar en general. Son una serie de sustancias que nos permiten funcionar –idealmente, de forma óptima– en cualquier momento de nuestra vida. Nos ayudan a reaccionar a eventos externos y a experiencias internas, poniéndole un objetivo claro: garantizar nuestra supervivencia.


En términos generales, MUY generales, podemos pensar que las hormonas son las letras; las sensaciones corporales, la palabra; las emociones, la fonética de la palabra; los pensamientos, la gramática de la frase; y la conducta, la frase en sí misma.


Por ejemplo: cuando estás pasando por una temporada de exámenes o exceso de trabajo, el cerebro detecta presión por cumplir con una serie de retos u objetivos. Esto se traduce en oleadas de las hormonas cortisol y adrenalina –la palabra–; aumentando la sensación de furor en el cuerpo de “sí se puede” –la fonética–; creando planes de acción y de organización para cumplir con los objetivos de pasar el examen –la gramática de la frase–; y reflejándose en conductas de horas de estudio, investigación e implementación de tareas.


Ahora, en el caso del embarazo… Hay muchísimas otras hormonas que se vinculan al proceso de gestación, parto y postparto. Sin embargo, a la palabra que cambia la experiencia y casi sin darnos cuenta se le pone nombre de oxitocina”.


La oxitocina en el embarazo


Como bien lo señala la evidencia científica, el embarazo es una cascada de hormonas que el cuerpo fluctúa con la única intención y motivación de preservar el embarazo. Y eso se evidencia a través de signos como: cambios de humor, antojos inexplicables –pero que poseen los nutrientes necesarios para que el cuerpo satisfaga sus necesidades–, entre otros.


En el caso de la oxitocina, también conocida como “la hormona del amor”, hace que la experiencia interna sea una versión alterada de la realidad. Desde el hipotálamo hasta nuestro útero, la oxitocina brinda una sensación de ligereza, confianza –bienestar a pesar de la incertidumbre–. Su principal objetivo es que se acepte al producto, feto y eventual bebé para garantizar su supervivencia en todo momento. No por nada, durante el parto, suele haber una subida significativa en los niveles de oxitocina en el cuerpo.


De modo que sí es esperable experimentar oleadas que se asocian con el bienestar, amor, plenitud… Sin embargo, es importante recordar que cada cuerpo tiene sus formas muy particulares de reaccionar ante una situación como un embarazo. Con esto quiero decir que no todas las personas tienen la misma reacción a la oxitocina en el embarazo –es más, no siempre se segrega la misma cantidad ni se experimenta con la misma intensidad. Así que sí, se puede experimentar a la oxitocina – pero no será la misma en cada persona y en cada embarazo.


Ahora, cuando se aborta… El cuerpo resiente estas fluctuaciones hormonales en cuestión de días. Es impresionante: En cuestión de uno o dos días, la sensación de plenitud a pesar de la incertidumbre se desvanece y sólo queda la realidad, un nudo en la boca del estómago, de tener que seguir adelante –aún cuando el aborto fue una decisión tomada con consciencia e intencionalidad–.


Se trata de un proceso fisiológico que sigue la lógica del síndrome de la abstinencia: cuando el cuerpo se acostumbra a dosis extras de una sustancia, deja de segregar ciertas hormonas. De modo que cuando deja de recibir esas dosis extras, el cuerpo requiere cierto tiempo para identificar, procesar, adaptarse y asimilar el cambio que está ocasionando displacer, y volver a segregar esas hormonas de manera natural. En otras palabras: si un embarazo crea una avalancha de oxitocina natural, cuando el cuerpo se da cuenta que ya no lo está… deja de segregar la hormona en cuestión y eso produce dolor físico –que asociamos al dolor emocional–.


En resumen: la fluctuación hormonal en el embarazo y el aborto tiene un impacto en el estado emocional de la persona que pasa por ese proceso.



10 cosas que puedes pasar después de un aborto


Como ya te habrás dado cuenta, tanto un embarazo como un aborto poseen una complejidad fisiológica, corporal, emocional, mental y conductual. Y de toda esta experiencia, estas son 10 cosas que podrías pasar después de un aborto:


Efectos físicos de un aborto

  1. Sangrados vaginales. Se espera que el aborto ocasione un sangrado abundante de entre 7 y 10 días. Sin embargo, hay quienes dicen que el sangrado abundante les ha durado hasta 15 días. Ojo: en caso de que el sangrado dure más de 15 días o sea muy, pero muy abundante –que se llene una compresa o toalla cada dos horas–, es importante que visites a tu ginecóloga de cabecera, vayas a urgencias o te revise una doctora. En caso que hayas tenido un aborto con misoprostol en un país en donde el aborto es ilegal: NO estás obligada a decir el proceso por el que estás pasando.

  2. Síntomas de anemia. Hay ocasiones en que se tiene déficit de nutrientes previo a un aborto, de modo que cuando se pasa por a. una fluctuación importante de hormonas, y b. sangrados vaginales abundantes, es muy común desarrollar un cuadro de anemia.

  3. Dolor y tensión muscular. Los cólicos son convulsiones del útero para desprender el endometrio, y esto produce tensión y dolor en la musculatura de la zona pélvica. La sensación de “agujetas” o de haber hecho mucho esfuerzo después del aborto es algo muy común. Es más, creo que es esperable.

  4. Hemorragias porque no se expulsó el producto. Si después de esos 7-10 días del sangrado vaginal derivados del aborto con misoprostol, pasan un par de semanas y vuelves a tener sangrados… Es momento de ir a urgencias. Existe la posibilidad de que el feto continúe dentro del útero, y se necesite un legrado para poderlo retirar.

  5. Alteración hormonal y de neurotransmisores. Como ya se mencionó en relación con la oxitocina, la fluctuación hormonal vinculada con el aborto puede desencadenar una serie de desórdenes hormonales cuyos síntomas derivan en trastornos del estado de ánimo –depresión, ansiedad, etcétera–.


Efectos psicológicos y emocionales de un aborto

  1. Dificultad para mantener la atención en un periodo de tiempo. Suele suceder que después de un aborto, pasen un par de días en que tu sistema de atención y memoria se recupere del proceso. Ojo, no siempre sucede pero sí existe esa posibilidad, ya que se trata de un proceso de adaptación del cerebro y el sistema endocrino: después de un evento que pudo ser traumático –mas no por eso un trastorno estrés postraumático–, el cuerpo necesita tiempo para regresar a su línea basal u homeostasis.

  2. Sensación de alivio. También puede suceder que después del aborto, se sienta relajación muscular y alivio después de un periodo de estrés prolongado –todo lo que duró el embarazo–.

  3. Arrepentimiento y culpa. En caso de haber tenido un aborto involuntario o haber pasado por un ILE sin estar del todo segura, es muy probable que durante un periodo posterior al evento entre los sentimientos más recurrentes se encuentren el arrepentimiento y la culpa. Si bien puede deberse a múltiples factores –como lo social, familiar, expectativa de vida proopia–, el arrepentimiento y la culpa son sentimientos vinculados con la emoción de la vergüenza. Es importante trabajar esto en terapia.

  4. Enojo e irritabilidad. Casi sin darnos cuenta, podemos sentir que todo nos chirria e incomoda. Lo que generalmente no es incómodo, ahora lo es. Inclusive podemos sentir todo acumulado y tenso en el cuerpo –mandíbula tensa, musculatura contracturada o hipertónica, dolores de cabeza y cuello, nudo en el estómago o tensión en el pecho, hormigueo en las manos–. Si tienes estos síntomas, es importante que lo deposites toda esa tensión fuera de la manera más saludable: como en el ejercicio, escribiendo todo lo que te está molestando o inclusive agarrar un tubo de foami para piscina y darle contra el suelo.

  5. Tristeza y cansancio. Generalmente hablando, la depresión es el resultado de haber acumulado y acumulado todas las emociones “negativas” dentro del cuerpo –sí, eso incluye la ira–. En este punto, si después de tres meses sigues sintiendo esta tristeza recorriendo tu cuerpo y mente –y sufres de flashbacks, despersonalizaciones, llantos incontrolables o problemas con tus vínculos másá cercanos–, existe la posibilidad que se haya detonado un trastorno estrés postraumático. Es importante trabajar esto en terapia. No estás sola/e.

Quiero puntualizar que no todo aborto termina en un estres postraumático ni en depresión. Sin embargo, si detectas que pasan alrededor de tres meses y te sientes de la misma forma que los primeros días –necesitas un apoyo psicológico que te acompañe en este proceso de la forma más saludable y compasiva posible.


Contacta con apoyo psicológico


¿Qué hacer después de un aborto?


Ya sea un aborto inducido o espontáneo, la realidad es que se trata de un BOOM de hormonas e impacto neurológico. Por ello es importante tener en cuenta que se trata de un proceso adaptativo. Se requiere TIEMPO para procesar cada cambio fisiológico, corporal, emmocional y psicológico.


Así que te compartiré actividades recomendables a realizar después de un aborto:

  1. No luches contra la tristeza y la ira. Es más, haz actividades que te permitan atravesar el tunel de la tristeza: desde escuchar canciones tristes hasta tumbarte en el sofá/cama con un bote de helado viendo películas o series. Dibuja, escribe, camina. Mientras que con el tunel de la ira: haz actividades que te permitan sacar la furia en otro sitio, como la natación, deportes de contacto –como el boxeo–, danza, escribir todo pensamiento que te pase por la cabeza sobre el tema y que te llene de ira… En caso de que detectes que todo se concentra en tus extremidades –brazos o piernas–, haz el ejercicio de empujar la pared. En el caso de que detectes que todo se concentra en tu pecho, cuello o cabeza, realiza el abrazo de la mariposa con respiración en cuatro puntos. Todo aquello que te ayude a depositar esa tristeza fuera de cuerpo y mente.

  2. Échate tus lloraditas. Como decimos en México, lo que se acaba de pasar “no son chilaquiles” – para referirnos a que lo que se vivió fue duro y complejo. Nuestro cerebro necesita procesar esa información echando lloraditas cuando sean necesarias.

  3. Trátate con autocompasión. No se trata de tratarse con conmiseración ni posicionarse en un plan victimista – se trata de aceptar que un aborto es impactante y que no siempre se está preparada/e para afrontarlo de la mejor manera. Por eso la autocompasión, la capacidad de aceptar el dolor y buscar la manera más adecuada de sanar sin quererlo apresurar o eliminar, te ayudará a atravesar por los túneles de la tristeza, la ira y el dolor. Recuerda que, según los budistas, el dolor es natural, el sufrimiento es opcional. En otras palabras: si cuando se tiene gripe, una/e se prepara calditos, tesitos, se abriga y se da chance de descansar… ¿qué nos dice que ante un aborto, el cuerpo y la mente no necesitan el mismo autocuidado proactivo?

  4. Ten a la mano una red de apoyo que se convierta en tu lugar seguro y puerto de refugio. Sí, el aborto es polémico. Y no todo mundo reaccionará de manera empática –believe me, I know–, aún si se trata de la familia. Sin embargo, siempre habrá alguien que te escuchará, acompañará y te abrazará las veces que sean necesarias mientras atraviesas este proceso. Somos seres sociales, y nuestro cerebro primitivo necesita de esta red de apoyo para regresar a su ventana de tolerancia –para permanecer a flote a pesar de la tormenta–. No se trata de dependencia, sino de interdependencia.


Y si después de todo este tocho, tienes más dudas – déjame aquí abajo tus comentarios para que pueda responderte. Recuerda que se trata de un proceso adaptativo: requiere tiempo para volverte a sentir bien. Acercarte a una especialista en salud mental y sexual, siempre será una garantía para mejorar tu calidad de vida.


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